Osadía
¡Qué osadía!, pretender defender con lecturas pasadas mi poesía,
argumentar mis propios pensamientos, si es que son míos, con los ajenos,
en este mundo loco que llama tonto al que es un hombre bueno,
y donde al sinvergüenza se le idolatra y se le rinden honores,
¡qué osadía!, decir que antes soy lector que poeta,
que ni siquiera soy escritor, que a veces no entiendo mi propia letra,
escribir de corazón es quitarse la careta, arriesgarse, asomarse al abismo,
precipitarse al acantilado, llegar a las fronteras de uno mismo,
escribir por necesidad, por vanidad, simplemente por hedonismo,
pero quién soy yo para decir lo que es escribir de corazón,
si a lo mejor, como siente un mexicano no es como siente un español,
pero yo siento todo, aunque no creo en nadie ni en nada,
ni en mí mismo, ni siquiera creo en lo que escribo
porque más que por placer, yo hago esto por castigo,
y que formarme mi propio criterio es tarea dura,
pero más dura sería dejarle esta chamba a la secretaría de cultura,
ni decepción, porque las mayores decepciones siempre me las he llevado conmigo mismo,
ni nada que reprocharles, solo a ustedes confesarles que sueño, a veces, con unas elecciones en las que nadie va a votarles….
Aunque esto es tan difícil y tan sencillo como tratar de expresarles, la complejidad inefable de mi alma, a la que el mismo beso que la mata, es el beso que la salva.
Franco Méndez
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