La vida es una puta
La vida es una puta
Mamá ya perdió la esperanza
trata de convencerme a mí también de que lo haga,
me inyecta bolsas con falta de fe,
plaquetas de resignación.
En esos días que transcurren
tan lentos en el hospital
a mí me brotan de la piel
sarpullidos de tristeza,
roncha de creencias,
lo miro y veo como se desvanece,
una vida de veintinueve años
transcurrida en uno solo.
¡Qué puta es la vida!
¡Qué maldita y puta es!
No se sabe si la vida es la muerte
o la muerte es la vida
o tan solo sea una mentira
que te dice el mundo y Dios,
Dios y el mundo
para hacerte reír y sufrir.
Por qué las enfermedades
y las cosas malas
no les pasan a los viejos,
esos que ya vivieron
y ya no se necesitan más aquí
o a los asesinos,
a los perros violadores,
a los cabrones,
a los adictos al sexo y al dinero
o a los putos alcohólicos…
¿Por qué?
Y ¿porqué sí a las aves
que apenas estaban abriendo sus alas para volar?
¡Existencia! No, esto es un pedazo de mierda,
y le estoy regalando demasiadas palabras para describirle,
no se merece nada;
es más desde hoy repudio la vida,
mi alma ¡lárgate ya no te quiero!
por mí puedes matarme mañana mismo
con las llantas de un tren,
con un rayo o con una cuchara caliente,
yo sé que eres muy ingeniosa e ideas no te faltaran.
Inventaste enfermedades
tan repugnantes como el cáncer,
el sida,
el hambre,
el racismo
y la guerra,
que da lo mismo el cuchillo o la enfermedad
con la que mates a este otro desdichado
de esta cruel y doliente realidad.
Giovi
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